En la
historia del automovilismo mundial hay pocas libreas (esquemas de pintura,
decoración) más polémicas que la del BAR 001 de Fórmula 1: un fracaso para
muchos un acierto para otros. Sin embargo una cosa sí es cierta: es que es imposible estar
indiferente ante ella, o se odia o se ama.
El
British American Racing llegó en 1999 a la Fórmula 1 con la actitud ganadora
típica de un galán de vereda. Sin siquiera ensillar la bestia, se llenaban la
boca con predicciones triunfalistas advirtiendo que en su debut en Albert Park
podrían escalar hasta lo más alto del podio. Y es que en teoría la cosa no sonaba tan mal. El
gestor de la idea era Craig Pollock, manager de Jacques Villeneuve, quien
compró los restos de la agonizante Tyrell, y convenció a la tabacalera BAT para
que pusieran a disposición su abultada billetera para hacerle contrapeso a sus no-tan-amigos de Philip Morris (patrocinadores de Ferrari a través de Marlboro). Con un presupuesto envidiable,
Pollock convenció a su protegido para que con su experiencia de ex campeón, guiara
al equipo a la senda del triunfo. A su lado estaría la cuota de juventud con el
sorprendente novato brasileño Ricardo Zonta, que venía de ganar la F3000 y el
mundial de GT en los dos últimos años. Para garantizar el éxito del proyecto,
instalaron una factoría completamente nueva en Brackley y llamaron al gurú del
momento en cuanto a chasises, Adrian Reynard, quien estaba rebosando en
triunfos en las categorías americanas, para encargarle el monocasco del
prometedor monoplaza. Y si bien encontrar un proveedor exclusivo de motor no
fue tan fácil, decidieron ir a la segura y hacerse de las máquinas francesas de
Supertech, que en pocas palabras eran los antiguos motores Renault (ensamblados por Mecachrome)
actualizados y repotenciados para la época. La receta prometía éxito, por lo
menos en el papel.

La
gente de marketing de BAT había puesto condiciones para su generoso apoyo
económico al naciente equipo. Igual de hambrientos que el señor Pollock, los de
BAT hicieron cuentas rápidas: hay dos autos, dos vallas con ruedas, dos
oportunidades de pautar. Con el ánimo de exprimir cada centavo que lanzaban a los de Brackley, optaron por patrocinar el monoplaza del ex-campeón Villeneuve con su
marca estrella por excelencia, Lucky Strike, mientras que el novato Zonda llevaría
a cuestas la marca 555, bastante popular por los lados de oriente.
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La presentación de los BAR 001 con distinta librea: La prueba fehaciente de que sí hubo dos diseños separados. |
Los
genios de marketing de BAT se regodeaban de su ingenio al tener una idea que a
ningún otro equipo de Fórmula 1 se le había ocurrido antes. Y efectivamente en
la presentación oficial del equipo, se desvelaron los dos BAR 001, uno blanco y
el otro azul, al tiempo que el señor Pollock se llenaba la boca de
triunfalismo, y Villeneuve se relamía al pensar en su casi seguro bicampeonato. En aquel momento parecía que nada
podía fallar. Sin embargo, la sonrisita socarrona de los de marketing de BAR se
borró inmediatamente cuando la FIA llamó a sus teléfonos. Mosley y compañía les
comentaron que a pesar de que ambos carros lucían hermosos y que la idea era
espectacular, era una lástima que estos no pudieran tocar la pista dado que el
reglamento prohibía dos libreas distintas en un mismo equipo a modo de
garantizar un diseño casi idéntico en ambos autos. Los de marketing corrieron
directamente a la oficina de Craig Pollock quien en ese momento tenía ya de por
sí bastantes problemas al ver que sus perezosos coches se comportaban briosos e
indomables en la pista. El reclamo de la gente de BAT no se hizo esperar: Nos
prometieron pautar dos marcas, necesitamos dos autos distintos para
publicitarlas. Pollock salió apurado a la FIA donde le repitieron que no iban a
cambiar el reglamento por un capricho de un patrocinador. Sin más remedio recurrió
a otros tribunales de comercio para poner su queja. En todos lados le dieron la
razón a la FIA, más aún cuando la Unión Europea estaba ya tramitando su
divorcio con las poderosas tabacaleras. Con el rabo entre las piernas, Pollock
volvió a BAT a decir que no había arreglo: ambos autos tenían que verse
iguales.
Con los diseños ya hechos y a poco de empezar la temporada, apareció la opción menos obvia pero más salomónica, literalmente: dividir cada auto longitudinalmente por la mitad, poner al lado izquierdo la librea de Lucky Strike, y al derecho el diseño azul oscuro de 555. ¡Simplemente genial!, era algo realmente nunca antes visto. Como toque adicional, se incrsutó como divisor de ambas libreas una ilustración de cremallera, que al acercarse a la nariz se abría para dar paso a una pintura plateada que develaba el número del auto y los emblemas de BAR y algunos patrocinadores. Al no haber regulación sobre los overoles de los pilotos, BAR conservó el traje azul para Zonta y el blanco, rojo y habano para Villeneuve. Y así tal cual, el equipo debutó en Australia en el comienzo de lo que fue una temporada desastrosa que relegó al extremadamente confiado equipo tabacalero al fondo de la clasificación sin siquiera anotar un solo punto en toda la temporada. No hubo abultado presupuesto, ni Adrian Reynard, ni Jacques Villeneuve, ni tabacalera que lograran salvar la ropa.
Con los diseños ya hechos y a poco de empezar la temporada, apareció la opción menos obvia pero más salomónica, literalmente: dividir cada auto longitudinalmente por la mitad, poner al lado izquierdo la librea de Lucky Strike, y al derecho el diseño azul oscuro de 555. ¡Simplemente genial!, era algo realmente nunca antes visto. Como toque adicional, se incrsutó como divisor de ambas libreas una ilustración de cremallera, que al acercarse a la nariz se abría para dar paso a una pintura plateada que develaba el número del auto y los emblemas de BAR y algunos patrocinadores. Al no haber regulación sobre los overoles de los pilotos, BAR conservó el traje azul para Zonta y el blanco, rojo y habano para Villeneuve. Y así tal cual, el equipo debutó en Australia en el comienzo de lo que fue una temporada desastrosa que relegó al extremadamente confiado equipo tabacalero al fondo de la clasificación sin siquiera anotar un solo punto en toda la temporada. No hubo abultado presupuesto, ni Adrian Reynard, ni Jacques Villeneuve, ni tabacalera que lograran salvar la ropa.
El BAR 001 de Jacques Villeneuve. Mitad Lucky Strike, mitad 555. Locuras que probablemente nunca más volveremos a ver. |
Ahora
bien, hablando del diseño de la librea, las opiniones están encontradas. Eso
sí, cabe decir que el diseño original de Lucky Strike presupuestado para el ex
campeón canadiense es sin duda alguna, espectacular. Una serie de gráficos cubren
armoniosamente la carrocería del monoplaza, fundiéndose con el emblema de Lucky
Strike y levantándose sobre los pontones como una especie de alas. Un uso
apropiado de los colores y formas hablan de un auto eminentemente Lucky desde
el ángulo que se viera. Por otro lado el diseño de 555 para Zonda era un tanto
más generalista, y si bien habían reminiscencias de estrellas y constelaciones
en la carrocería, estas se perdían a cierta distancia y eran casi imposibles de
distinguir en un televisor.
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El lado 555 un poco simplón, junto al lado Lucky Strike, espectacularmente diseñado alrededor de los colores de la marca. |
Lo
realmente interesante pasó cuando dos diseños tan radicalmente distintos eran
unidos a la fuerza. Visto de lado, cada auto parecía tener una sola librea,
pero al verse de frente la combinación era surreal. No puedo decir que este curioso collage me
agrade del todo, de la forma que ambos diseños fueron tajados e integrados
a las malas, pero la originalidad del esquema es ciertamente único e icónico.
Muchos dirán que fue un fracaso, pero si bien solo estuvo presente en una
temporada tan frustrante como la que vivió BAR en 1999, el diseño sigue vivo en
la memoria de muchos entusiastas, ya sea para bien o para mal. Es más, hay
hasta cierto culto hacia la singular librea. Lo que si yo no acepto ni aceptaré
es la ridícula y caricaturesca ilustración de la cremallera como unión de los
dos diseños, que convierte a la librea en un lamento derrotista hacía la
reglamentación de la FIA, en lugar de lo que muchos fanáticos quisimos ver: un grito de rebeldía hacia la opresión de Mosley.
Lastimosamente
(o afortunadamente, según su gusto) esta excentricidad solo pudo ser apreciada
por una sola temporada, luego de la cual BAR, al borde del colapso, se lanzó a
hacer cambios radicales para salvar la ruta de un barco que iba ya a la deriva.
Uno de esos cambios fue la librea, que para el siguiente año se decantó por la
marca Lucky Strike dejando a 555 como sponsor del Subaru World Rally Team del
WRC, equipo donde tenía ya bastante acogida y recordación (y que aún persiste
en muchos subaristas). La librea del nuevo BAR 002 consistía en un diseño
blanco con visos plateados, un esquema genérico, pálido y nefastamente soso, carente de toda la personalidad y vida que al BAR 001 le sobraba.
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